El amigo Javier T a dado la mejor entrada a este blog que se podia hacer

Válame Dios, que de entre el puñado de sufridas senderistas que cada domingo acometen a la indómita Naturaleza, bregando contra vientos y laderas, andan despuntando ya las dos nuevas adalides de las hispanas letras, en pos de los pasos y gloria de la Matute.Y como rectificar es de sabios, parece de justicia que yo, otrora promotor de la sublime Jacque hacia el olimpo de la nonata Gacetilla Andariega, demande ahora una Redacción bicéfala para ese espejo bloguero en donde han de reflejarse las nuestras aventuras y desventuras de Los Hacendado, y que habrá de convertirse en incruento campo de batalla para el sin par duelo, que se adivina, entre esas esforzadas y valerosas plumas, a cuál más gentil e ingeniosa.Que el Altísimo guarde por muchos años sus ágiles cabezas y buenas manos.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Peña calva y cabezo de las Cruces




Narracion de Jaquelines:
Holaaaaaaaaaaaa... ahí va la crónica de hoy. Me ha salido un poco larga (um um) y como no cabía la he colgado en dos comentarios. Espero que os guste. Besos.

PEÑACALVA Y CABEZO DE LAS CRUCES (21/22/2010)


A pocos Kilómetros de Nogueruelas municipio a 1146m de altitud sobre el nivel del mar, abandonamos la pista asfaltada y los coches. Nos adentramos por un camino de tierra, pasamos la Fuente de las Máquinas y una antigua fábrica de hilados. Pronto, a la izquierda, nos sorprende la senda por la que ascendemos hasta alcanzar Peñacalva y Cabezo de las Cruces, nuestros destinos de hoy. Estamos en la Sierra de Gúdar en Teruel a escasos kilómetros de las pistas de esquí de Javalambre.

Somos diez senderistas con XL al mando. Las previsiones de posible viento y lluvia no nos han amedrentado.

Durante el almuerzo nos visita el aguanieve, que lejos de hacernos desistir de nuestro empeño nos hará desear con fuerza que nieve, al menos a algunas, más guiadas quizás por la inexperiencia y la ilusión de hacer una ruta nevando, que por la razón.

Buitres y alcones nos sobrevuelan cuando estamos a punto de coronar nuestra primera cima, Peñacalva (1635m). Foto de grupo y a seguir avanzando.

Pinos infectados de procesionaria y robles salen a nuestro encuentro. También nos acompaña el musgo y el muérdago, que aún verde cuelga de los pinos. Ambos nos recuerdan la llegada inminente del invierno y la Navidad.

Dejaremos de lado las canteras de Peñacalva y continuaremos hacia nuestra segunda meta. Una a una sorteamos todas las dificultades: árboles caídos, alambradas…Una de éstas abrirá una ventana en el camal de una senderista, pero no hay obstáculo insalvable. Un buen esparadrapo y a caminar.

Ya casi en la cima… y hemos perdido a tres mosqueteros. Esperamos al abrigo de unas matas y pinos a ver si aparecen, pero el viento arrecia y los móviles no tienen cobertura. Ahora podría decir que “todo parecía perdido, que la desesperanza comenzaba a hacer mella en el grupo….”, pero en realidad el grupo ha aprovechado el momento para descansar, visitar el amplio baño del monte, tomar unos frutos secos, unas mandarinas,…. Y de pronto…..la Harry Potter del grupo saca de su chistera mágica un silvato… da tres pitidos al aire… y los tres mosqueteros aparecen como si tuvieran que salvar a la reina de Francia.
Todos juntos salvo uno (luego entenderos por qué… shisssssss, es un serpa camuflado!!!) subimos al Cabezo de las Cruces a 1710m. Desde arriba las vistas son espectaculares: El Penyagolosa, la Peñacalva…. Y la foto de grupo.

Y como ya sabéis todo lo que sube….BAJA!!!! Iniciamos el descenso. Nuestro reportero gráfico y sabio de flora y fauna, aprovechará para fotografiar el fruto de los rosales silvestres, los escaramujos.

Son casi las tres y los estómagos empiezan a quejarse, así que hacemos parada de avituallamiento y estiramientos varios…
Una vez más, la generosidad de nuestros compañeros y compañeras nos sorprende. Han preparado y subido café, caldo, pollo con tomate, dulces,…. Y hasta un camping gas, cazuela y tres litros de agua (ha sido el serpa camuflado!!!) para preparar una sopa calentita e infusiones para tod@s… pero láááááááááááástima!!!!! Nuestro gozo en un pozo. El camping gas del mosquetero NO FUNCIONA!!!… Las consecuencias… como dice Bunbury son inevitables… el grupo aunque agradecido y emocionado por la generosidad de este serpa... estalla en risotada larga e incontrolable que produce una catarsis en todo el grupo.
Cual tuaregs en el desierto (a algun@s solo se les reconocerá por sus ojos) continuamos el descenso. Las nubes nos han abandonado y el viento sopla con fuerza. Gorros, bragas, guantes, forros, chubasqueros… todo parece poco.

Mientras dejamos bancales de cultivo en la ladera de la montaña una cabra macho (a ver si pongo cabrón y alguno se mosquea…) sale a nuestro encuentro, aunque pronto inicia una huida cual “alma que lleva al diablo”.

Una bella puesta de sol entre nubes nos recuerda que pronto será de noche. Aceleramos el paso y cruzamos de nuevo ante la Fuente de las Máquinas para regresar a los coches y desde allí a Rubielos de Mora donde un “qué queréis tomar”, dará paso a los besos y abrazos y despedidas.

Ahora ya en casa repaso las fotos, los vídeos (tenemos un aficionado), y recuerdo las anécdotas. Y concluyo una vez más, que lo importante no era el camino, sino l@s caminantes. Me doy cuenta de que ya es lunes y se me ha hecho tarde, pero no me importa, porque como alguien me ha dicho hace poco “la vida no se mide por las veces que respiras sino por los momentos que te dejan sin aliento”. Y hoy vosotras y vosotros me habéis dejado sin aliento con vuestras risas, con vuestra generosidad y con el buen clima que se ha creado entre todas y todos, para desear que una vez más el destino o la voluntad nos vuelva a reunir al menos, una vez más.

UN BESAZO GUAPETON@S.



Narración de Constanza:
Siete y veintinueve de la mañana y Chimo y yo llegamos casi, casi haciendo derrapar “al hierro” ese que él dice que tengo por Mitsubishi. Se que no me creeréis pero os juro que todos los semáforos se han vuelto tremendamente tímidos esta mañana y presentan su tez totalmente colorada. Afortunadamente solo están allí Papilio (el ser más puntual que conozco) y algún miembro más. A menudo me pregunto si dormirá entre los cartones de algún rincón de esa avenida y de no ser así, hacedme un favor, recordarme que una dormilona como yo, le pida marca y precio de su despertador.
Se van incorporando el resto de miembros, casi al unísono, puesto que a todos nos revolotean esta mañana unas mariposillas en el estómago, causadas por el deseo de permanecer unidos de nuevo. El día de hoy tiene algo muy especial: estamos en quincena positiva nivel plus y es que este domingo vamos a disfrutar de la compañía de 2 de nuestros preciados amigos: Jaquelinessssss y Francesc. Ya sabéis, ellos no siempre se lo pueden permitir y.... algunos los echamos mucho de menos. Y hablando de personas entrañables (todos y cada uno de vosotros lo sois por diversos motivos), dónde está Leonor? Raudo y veloz, mi organizador favorito, le telefonea para confirmar que nada malo le ha sucedido. A su llegada, afortunadamente para mí, confirmará la timidez de los semáforos ante el nuevo día.
Partimos hacia el frío, pero con los corazones llenos de calor. Somos solo 2 vehículos pero para mí, sois tan importantes, ocupáis tanto, que parece que hayáis llenado tres y así lo creo hasta que llegamos al punto de partida.
Comienza la ruta con fuertes pendientes, programadas para calentar nuestros músculos y notar el frío viento en nuestras caras. ¿Cómo si no, íbamos a merecer el caldo caliente de pollo elaborado por Leonor, el café de Silvia, o el avituallamiento digno del mejor chef , ese que voy a conocer hoy, Javier T?. ¡Ay no!¡ Si nos hicimos una foto juntos en el Benicadell! La ruta se desarrolla mayoritariamente por pista forestal y eso nos permite mantener conversaciones más agrupadas que de costumbre, e intercambiar numerosas miradas de complicidad, cuando los repechos o las primeras gotas de agua nieve aparecen. No creo que ninguno olvidemos fácilmente ese almuerzo con la primera nevada en Gúdar; los ojillos vivarachos de alguno de las miembros del grupo ante ese acontecimiento o el empeño de nuestra amiga Silvia en mover la piedra que debía hacer de silla.
Continuamos la ruta y alguien acaricia una vieja y tortuosa sabina en la cima de Peñacalva. Francesc sigue sorprendiéndose conmigo y mi actitud locuela ante determinados elementos de la naturaleza y no me extraña; yo misma me sorprendo cada vez que me quedo maravillada con un árbol, un liquen, un hongo...Pero es que la vegetación de este lugar me invita tanto a soñar despierta...El frío invierno que tienen que soportar aquí las plantas hace que encontremos un paisaje que a mis ojos resulta impresionante. Sabinas de troncos bellamente retorcidos, desafiantes ante la fuerte acción del viento, pino albar con su característica corteza rojiza en el tercio superior, líquenes que cubren y rodean, abrazando casi por completo sus troncos, sabina rastrera que se extiende por el suelo como si temiera alzarse mas de la cuenta...
Abandonamos ese terreno ralo y continuamos nuestro camino. Nuestra amiga la montaña, sigue conmoviéndonos con la imagen de los buitres leonados volando en círculos, aprovechando las corrientes térmicas para ascender, en este cielo que hoy amenaza lluvia fuerte o nevadas. Dejamos a nuestros amigos en su buitrera, y alcanzamos la Fuente del Mosquito, donde algunos beben de sus frías aguas. Y atajamos, monte a través, hacia la pista forestal que nos conducirá a los pies de las tres cruces. De repente, el grupo se separa, ante la tesitura de saltar una valla o franquearla por el lugar indicado por la ruta. El organizador se encuentra súbitamente, seguido por todas las mujeres del grupo, avanzando por una ladera de pendiente extrema, que ha sido horadada por la fuerza del agua de numerosas tormentas. Y en los resquicios aparecen hongos inesperados. Los hombres han desaparecido, eligiendo el camino más fácil pero prohibido (je, je) Las mujeres se crecen ante la adversidad, confiando ciegamente en quien las guía. (je, je) Y al final, tras unos minutos separados, de nuevo el reencuentro entre amigos. Risas, fotos de rigor en los puntos más elevados, que si déjame tu cámara, que si yo hago otra, que si dónde comemos...
Comenzamos el descenso y antes de llegar a la pista, en el primer lugar a salvo del fuerte viento, nos sentamos a disfrutar de los manjares: pollo con tomate y pimiento, caldito, pasta, papas, frutos secos... y los postres: calabaza jugosa y dulce preparada por alguien con nombre de cuento, turrón de chocolate para iniciar la navidad, una especie de bizcocho que nuestro nuevo amigo Philipe nos brinda...
Aparece el café, justo cuando muchos temblamos de frío y de nuevo se suceden las fotos, las risas, las buenas vibraciones.
Y llega el momento de descender hacia Nogueruelas. No debemos distraernos en el camino, pues la puesta de sol se aproxima, así que cogemos un ritmo intenso, pero no tanto como para que no nos permita recrearnos y sentirnos cautivados con las diminutas piñas que alfombran el suelo, las matas de espliego, cuyas hojas desprenden un intenso aroma al ser rozadas por nosotros, o el bosque de roble melojo que hayamos en la parte de menor altitud de nuestra ruta. Algunos aprovechamos para recoger un par de piedras, que quedaran como testigo mudo de los momentos vividos en el día de hoy y todos, absolutamente todos exprimimos los últimos minutos del día, gozando de ellos, alzando la vista hacia ese sol y suplicando para nuestros adentros, que nuestro organizador nos brinde, en breve, una nueva oportunidad de emocionarnos y SENTIR.

Notas explicativas:
1.- las 2 frases en las que a continuación aparece la expresión je, je han sido elegidas a conciencia, para caer mordazmente en los tópicos que, de buen seguro, todos los miembros del grupo desechamos. Espero pues, que todos entendáis mi humor, en muchas ocasiones sarcásmico.
2.-
Buitre leonado: Gyps fulvus
Pino albar: Pinus sylvestris
Sabina rastrera: Juniperus sabina
Sabina albar: Juniperus thurifera
Espliego: Lavandula latifolia